Hace pocos días los
comuneros del distrito de Acobambilla, distrito de la provincia de Huancavelica
invadió grandes extensiones de pastos punales perteneciente a la Comunidad del
distrito de Víñac, que los posee desde tiempos inmemoriales. Las autoridades
comunales al tener conocimiento de esta invasión se han reunido con el objeto de
acordar la inmediata expulsión de nuestro vecino pueblo que atenta contra la
integridad física de nuestro territorio. De la misma manera se apoderaron
extensas áreas de terreno de los distritos de Tupe, Cacra y Colonia, quienes
harán respetar sus linderos de acuerdo a Ley, ante esta intromisión ilegal y la
ambición del vecino pueblo.
La Comunidad de
Acobambilla ha invadido las Estancias de los pastores de la Primera Zona
Ganadera de Víñac: “Chuncho”, “Tiopamatig”, “Cheqtarumi”, “Cordorbamba” y
“Allpashunto” en una extensión de diez mil hectáreas. El Presidente de la
Comunidad de Víñac, el Sr. Over Rivera Centeno en coordinación con sus miembros:
Jorge Leyva Huari, Feliciano Chulluncuy, Walter Huari Guerra, Neder Centeno
Evangelista ha hecho un llamado a los comuneros para expulsar por la fuerza a
los invasores.
UN POCO DE
HISTORIA
Estas dos
Comunidades, estuvieron en constante conflicto, desde tiempos de la formación de
los primeros ayllus, se acrecentó durante la Colonia, cuando el alcalde de la
Doctrina de Acobambilla, presenta su queja ante el Poder Judicial del Partido de
Yauyos, manifestando que pobladores de Víñac, se apoderaron de sus tierras,
robado sus animales, de manera constante y los amenazó con introducirse a su
pueblo. Pero en realidad fueron los mismos pobladores de este pueblo que
ingresaron a los pastos comunales, apropiándose por la fuerza de los animales de
nuestra comunidad. La acción judicial determinó que ellos fueron los usurpadores
de nuestras tierras.
De igual manera la
comunidad de Lincha al crearse distrito el 26 de marzo de 1969 mediante ley Nº
13245 demarcó como suyo extensos terrenos de propiedad del distrito de Viñac
como la Estancia de “Paqup Huachanan” hasta “Lluchucho”: Las autoridades de de
Víñac en concordancia de los ganaderos acordaron expulsar por la fuerza y en
segundo lugar solicitar al Congreso la modificación de los linderos, donde tuvo
activa y dinámica participación el Personero Legal de la Comunidad don Zacarías
Romero Goicochea.
NUEVOS
PROPIETARIOS
Hasta 1927, los
pastos punales de Víñac, eran propiedad de Cleofé Madueño Centeno, Juan Onofre
Chinchón Ramos Girón, Samuel Mendoza Ontiveros y otros quienes apacentaban
cientos de miles de cabezas de ovino. Nuevos personajes se sintieron marginados
y aparecen con ansias de enriquecerse. A la cabeza se pusieron Manuel Gonzáles
Candioti, Vicente Alva Gonzáles, los hermanos Julio, Mauro y Raymundo Ordóñez de
la Cruz, Zacarías Romero Goicochea, Agripino Auris y otros, solicitando ante el
Ministerio de Asuntos Indígenas la creación de la Comunidad, creándose el 2 de
noviembre de 1928. Estos se apoderan de los pastos punales: Vicente Alva
Gonzáles, la inmensa extensión de “Cuyo”; los hermanos Ordóñez de la Cruz, la
planicie de “Chuncho” y “Warmicocha” y se nombraron ante el Ministerio de
Agricultura guardián de la laguna con un suculento sueldo. De igual forma don
Samuel Mendoza Ontiveros de apoderó de “Choqoy” y don Zacarías Romero “Paqup
Huachanan” y “LLuchucho”.
Además se exoneraron
de pagar derechos de alcabala y otros arbitrios a la Comunidad por decena de
años, que por acuerdo al Estatuto y Reglamento de la Comunidad, deben para
anualmente por ganado vacuno y ovino como lo hacen los demás ganaderos. Alegaron
el pretexto que estaban educando a sus hijos en colegios y universidades de
Lima. Justificaban diciendo que ellos volverían a la Comunidad una vez obtenido
sus títulos profesionales, para hacer progresar el pueblo en el campo de la
agricultura y la ganadería.
Muchos de estos
grandes ganaderos que enriquecieron con el dinero de la Comunidad adquirieron
inmensas casas y solares en la capital y Huancayo, para vivir cómodamente y
abandonar la tierra que los viera nacer. Sus hijos estudiaron y viajaron al
extranjero donde de nacionalizaron y se vendieron por un plato de lentejas,
nunca más volvieron a la tierra, salvo raras excepciones. Entonces ¿qué podemos
deducir? Engañaron y engatusaron al pueblo de manera dolosa, y algunos continúan
con esta oprobiosa manera de engañar.
Sea lo que fuere,
estos intrusos del distrito de Acobambilla deben de desalojar las áreas
invadidas, en caso contrario, la comunidad de Víñac en pleno los expulsará con
las leyes y normas en la mano.
Por: Manuel Madueño Ramos
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